¿Será comer un rico y excéntrico platillo? Miró a la luna y ella entendió que tampoco era esa una respuesta. Vivir para comer, no es igual que, comer para vivir.
¿Será vestir elegantemente a la moda y vivir de frivolidades? La luna nuevamente le sonrió y ella interpreto que esa no era la respuesta, los ríos no beben su propia agua; los arboles no comen sus propios frutos. El sol no brilla para sí mismo; y las flores no esparcen su fragancia para sí mismas,
¿Será el que no haya guerras, terrorismo y violencia? La luna se cubrió con un manto de nubes y no contesto pero ella supuso que estaba llorando por la pregunta, porque sentío algunas gotas húmedas en su rostro.
¿Sera que no haya hambre en el mundo? La luna apenas asomo una parte de su brillante cuerpo entre las nubes, ella entendió que era un buen deseo, pero, muy difícil decir que esa era la felicidad.
¿Será que hay una sola religión? donde se predique con amor, paz interior y ayuda al prójimo. Su respuesta es que todas las religiones hablan de forma similar aun con diferentes dioses; en todas piden amor entre los hombres y mujeres en la tierra. Existe la bondad pero también el fanatismo y la maldad de los seres humanos.
De pronto paso una estrella atravesando el espacio, y se preguntó, ¿A dónde se dirige, cuál es su rumbo?. La luna le dijo al oído que su destino era viajar por años, siglos o milenios en el hermoso cielo sin un rumbo establecido.
Lucy comprendió que todos tenemos un destino y ese es, el comienzo de la felicidad, entender que tenemos un propósito en la vida.
Entendió que la felicidad en el mundo es hacer lo que a uno le plazca pero con una sola regla importante.
“No hacer daño a nadie y estar en paz consigo mismo”
“Esa es la verdadera felicidad en el mundo”
Javier Fransoni |